Ancízar Narváez M.
Capitalismo y modernización cultural en Colombia
La modernización
El título de esta primera presentación podría ser en
realidad el título de todo el curso. El tema parece agotado, pero algunos
nuevos puntos de vista coinciden en que los procesos de modernización no son
una evolución progresiva, sino procesos emergentes (Martínez Boom, 2010); o en
que hay más rupturas que continuidades, o en que no son tan necesarios como
contingentes.
Yo quisiera poner los problemas de la modernización cultural
en términos recurrentes, mostrando continuidades allí donde suelen verse
rupturas –y viceversa-, como un asunto de estructura cuyo movimiento es, en lo
básico, más pendular que lineal, entre dos matrices culturales que permanecen y
que no se superan la una a la otra: para simplificar, una matriz oral-icónica y
narrativa, por un lado, y una matriz
alfabética y argumentativa, por otro (Cfr. Bruner, 2000; Martín-Barbero, 2003).
De estas matrices es que se derivan las que en la jerga académica conocemos
como culturas populares las primeras
y cultura occidental la segunda,
denominaciones que obedecen a una nomenclatura extra comunicativa y, por tanto,
tratarán de ser superadas en esta disertación.
Aunque en el título aparecen muchas categorías en juego, se
trata de un mismo y único proceso articulado por diferentes fenómenos en
diferentes momentos. En efecto, nociones como cultura, modernidad, educación,
nación y Estado son recurrentes en las discusiones contemporáneas sobre
educación y comunicación. Lo es menos la que para mí es la característica
central de la época: el capitalismo.
Pero vista así, esta no pasaría de ser más que una
reorganización del problema en torno a otro fenómeno. Aquí sin embargo lo que
importa es la jerarquía de las categorías, los niveles de abstracción a los que
corresponde cada una. Para ello propongo asumir la siguiente secuencia:
cultura, cultura occidental, capitalismo, modernidad-modernización, educación.
Esto puede resultar decepcionante, pues tiene varias implicaciones en la forma
de razonar y, por qué no, de conocer. Significa que ni el capitalismo ni la
técnica crean una cultura ni una educación sino justamente todo lo contrario:
una cultura ha creado una técnica (industrialización), una política y una
ideología (modernidad), una ética (capitalismo) y una institucionalidad para la
cultura (educación).
La cultura
Desde el punto de vista comunicativo, es necesario marcar
una primera distancia con las nociones en uso sobre “la cultura”. No me
interesa discutir la validez de las diferentes maneras de usar el concepto
(porque tampoco hay una construcción explícita), sino dejar claro cómo se
entiende y se usa aquí “la cultura” como categoría, pero sobre todo cómo no se
usa.
1. Las
culturas no se definen ni se diferencian por la técnica. Por tanto, para
efectos comunicativos, las culturas no son ni digitales ni analógicas. La única
comunicación analógica es la comunicación animal, aquella que no tiene
respuestas diferidas sino genéticas y, por tanto, no están mediadas ni
mediatizadas. En cambio la comunicación humana se basa en respuestas
interpretativas, esto es, mediadas por el lenguaje y la cultura, por el
significado y, por tanto, diferidas. En consecuencia, toda comunicación humana,
al ser mediada culturalmente, es digital (Watzlawick, 1994). La tecnología
digital electrónica, al contrario, es un producto cultural, procedente de
alguna cultura, y toda cultura es, en principio, susceptible de tecnificar y de
‘digitalizar’.
2. Una
de esas formas de tecnificación es la virtualización electrónica. La
virtualización es por tanto una técnica, no una cultura. En consecuencia,
tampoco las culturas se definen ni se diferencian entre sí por ser virtuales o
materiales. Todas las culturas, como sistemas sintáctico-semánticos, son
virtuales, es decir, contienen en potencia (virtualmente) todos los posibles
casos (actualizaciones).
3. Las
culturas no se definen ni se diferencian por la institucionalización. Por
tanto, las culturas no son ni escolares ni mediáticas por naturaleza. Estas
nomenclaturas son un producto del Estado-nación y del Capitalismo y, por tanto,
de lo que llamamos esfera pública y modernidad.
4. Las
culturas no se diferencian ni se definen por su carácter comercial o educativo.
Toda cultura puede ser comercializada si tiene demanda; toda cultura educa en
el sentido de que toda educación es un proceso de enculturación.
5. Las
culturas no se definen ni se diferencian por los sectores sociales que las
apropian o las producen. No son de élite ni populares; ni femeninas ni
masculinas; ni propias ni ajenas; ni blancas ni negras o indígenas; ni criollas
ni españolas; ni del norte ni del sur; ni juveniles ni adultas. Todo sujeto
está en principio en capacidad de adquirir cualquier cultura; ningún sujeto está en principio incapacitado para
ninguna cultura. Cuando se habla aquí de cultura occidental y cultura popular
se hace para mantener los términos convencionales más o menos aceptados por
todos en la academia, pero no como caracterización comunicativa de las
culturas.
6. Las
culturas sí se definen y se diferencian: a)
por sus códigos, esto es, si son alfabéticas u oral-icónicas; b) por su discursividad, o sea, si son
narrativas o argumentativas; y c) por
su forma de aprendizaje y transmisión, esto es, si son gramaticalizadas o
textualizadas.
En consecuencia, cualquier cultura puede ser apropiada por
cualquier sujeto o grupo social, puede ser institucionalizada por cualquier
sociedad o Estado, puede ser comercializada en cualquier mercado en cuanto éste
exista, o sea, en cuanto haya consumidores competentes; y puede ser fijada,
almacenada, transmitida, difundida, etc., por medio de cualquier tecnología.
Pero, por otro lado, una cultura gramaticalizada no se puede
aprender ni se puede transmitir de manera textualizada; una cultura
argumentativa no se puede aprender ni se puede transmitir de manera narrativa;
y finalmente, la cultura alfabética no se puede aprender ni se puede transmitir
por medios oral-icónicos. Esto tiene consecuencias en la modernización cultural
y educativa más profundas de lo que queremos admitir.
La modernización cultural
Finalmente, no se asume la existencia de una ‘Cultura
moderna’(Cfr. Frith, 2000, pp. 204-205), sino que, a cambio, se sostiene que
tanto la cultura oral-icónica como la cultura alfabética, se modernizan en
varios sentidos. La modernización culturalse entiende como
el proceso específicamente capitalista que conduce de la cultura popular a la
cultura mediática y de la cultura alfabética occidental a la cultura escolar; y
a la institucionalización de la primera en los sistemas nacionales de
radiodifusión y de la segunda en los sistemas nacionales de educación, para
llegar finalmente a la industrialización
y la mercantilización total de ambas
como campos de operación del capital, esto es, al Capitalismo Cultural, como se expresa en el siguiente esquema:
Proceso
de modernización cultural
Modernización
cultural
|
Tecnificación
|
Mediatización
|
Industrialización
|
|
Secularización
|
Masificación
Nacionalización
Institucionalización
|
Mercantilización
|
Capitalismo
cultural
|
Fuente: Elaboración
del autor
La modernización es entonces la manera ideológica de nombrar
el ingreso del capitalismo en la sociedad y en la cultura.
Bibliografía
Bruner, Jerome (2000). La educación, puerta de la cultura.
Madrid: Visor.
Eco, Umberto (1995). Tratado
de semiótica general. Barcelona: Lumen, 5ª edición.
Frith, Simon (2000). “Entertainment”. En: Curran, James and Gurevitch, Michael. Mass Media and Society.London: Arnold.
Martín-Barbero,
J. (2003). Oficio de cartógrafo.
Travesías latinoamericanas de la comunicación en la cultura. Bogotá: Fce.
Martínez
Boom, A. (2010). “Educación, Pedagogía, Maestro y Bicentenario”. En: Revista
Colombiana de Educación, nº 59. Bogotá, Upn-Ciup.
Watzlawick, Paul (1994). “Estructura de la comunicación psicótica”. En: Winkin, Yves (Org.). La
nueva comunicación. Barcelona: Kairós. pp. 247-264.